Las principales ferias de arte como TEFAF y Art Basel son, en muchos aspectos, las joyas de la corona del mercado europeo de arte. Estos eventos son los más destacados del calendario de ventas, reúnen a galerías y artistas de todo el continente. Para el comprador, suponen una oportunidad sublime de ver las obras de arte contemporáneas más solicitadas y reconocidas disponibles; pero para la aseguradora, representan un riesgo significativo, ya que pueden reunirse en un solo lugar, que se abrirá al público, obras por valor de 3.000 a 4.000 millones de dólares.

Cada año, me propongo visitar de 10 a 14 ferias de arte en toda Europa, desde las más grandes a las más pequeñas y locales, como la feria de Colonia de arte y antigüedades, ArtVerona y la feria de arte de Bruselas. El modelo de negocios simple: el organizador de la feria alquila el espacio a galerías que exhiben sus obras a compradores potenciales. Cuanto mayor sea el número de compradores que atraiga el evento, más galerías quieren ser parte de la feria.

La clave para entender todo esto es que las ferias de arte son eventos para minoristas. Las ferias de joyería, por el contrario, son para mayoristas, ya que allí es donde los fabricantes exhiben sus últimas colecciones. Pero en ferias de arte como TEFAF de Maastricht o Art Basel, los coleccionistas privados, museos y miles de asistentes pueden ver muy de cerca hasta 35.000 artículos a la venta. En 2017, los organizadores de TEFAF estimaron que el evento atrajo a más de 10.000 coleccionistas y representantes de instituciones en el día del preestreno, y más de 7.000 visitantes en el primer día de apertura al público. En 2018, un total de 278 galerías participaron en exposiciones, muchas de los Países Bajos, Alemania y Suiza. Estas estadísticas hacen que cualquier asegurador de bellas artes se sienta un poco ansioso, y con razón.

En 2004, un incendio destruyó Manege, una importante sala de exposiciones de Moscú. Murieron dos bomberos y el siniestro destruyó el techo del edificio. El año pasado, se produjo un incendio en el recinto de la exposición que se utilizará para la feria de arte contemporáneo de Viena solo dos o tres semanas antes de su inauguración. No se supo con certeza si el evento podría celebrarse en absoluto. Como comentario personal, puedo decir que he visto en directo las grietas que quedaron en la obra de un conocido escultor después de que alguien la pisoteara en una feria de arte.

La acumulación de riesgos es la preocupación principal de nuestros suscriptores, pero, sin duda, no es la única. Como una de las principales aseguradoras de arte, Liberty Specialty Markets suele tener varias galerías exhibiendo en el mismo evento, por lo que un incendio podría desencadenar reclamaciones múltiples. El transporte de las obras de arte es otra preocupación. Miles de obras valiosas se envían por transporte aéreo, por carretera y ferrocarril y, ocasionalmente, también por mar. Esto expone las obras a vibraciones, golpes repentinos y errores en el porte. Finalmente, hay que tener en cuenta al público: miles de personas se aglomeran en torno a las obras de arte, muchos no resisten la tentación de acercarse y tocar.

Para Liberty, la clave es comprender qué clientes expondrán en qué eventos y saber con precisión qué obras de arte van a llevar. Como parte de nuestro proceso de suscripción anual, las galerías declaran dónde tienen pensado exhibir y, cuando se acerca la fecha, proporcionan listas detalladas de los artículos que van a mostrar. Esto ofrece a nuestros suscriptores todos los detalles necesarios para ajustar la cobertura provista en la póliza, si fuera necesario, como, por ejemplo, aplicar sublímites o ajustar las primas. Desde un punto de vista administrativo, entendemos que puede ser agotador para las galerías: la lista de obras puede modificarse una y otra vez, según se acerca la fecha de la feria. Nuestro objetivo es ser lo más flexible posible y trabajar con ellos mano a mano, ofreciendo las soluciones que mejor se ajusten a sus necesidades.

Es importante recordar que las galerías son entidades comerciales, por lo que pueden verse tentadas a reducir los costes de transporte. Siempre se deben usar empresas profesionales de portes, que usen el embalaje y las cajas adecuadas para proteger de golpes a las obras de arte, en la mejor medida posible. Evitamos el transporte marítimo, ya que es un proceso mucho más difícil de gestionar. Y, lo más importante, al tener el arte un valor relativamente alto, para una aseguradora esto significa que podría sufrir costes altísimos si un buque estuviera en peligro y se tuviera que calcular una reclamación por el valor total medio. O incluso peor, imagine que en una emergencia hubiera que sacrificar todo el cargamento, sería una situación espeluznante.

Afortunadamente, el daño intencionado a las obras expuestas en una feria de arte es extremadamente raro. Los ataques deliberados suelen ocurrir cuando se exhibe en espacios públicos o galerías.

Si bien el mercado global de arte sube y baja según la salud de la economía en general, el número de ferias de arte sí ha ido aumentado con los años. De acuerdo con mis cálculos, de media, se celebra una feria de arte por semana al año, de diversos tamaños, reputación y aspiraciones.

No se debe subestimar la importancia de estas ferias para la salud del mercado. Un estudio realizado hace unos años mostró que alrededor del 80% al 85% de la base de clientes existentes o potenciales de una aseguradora de arte asistiría a la feria Art Basel en algún momento de su carrera.

Las ferias de arte presentan un riesgo significativo pero, para una aseguradora dinámica como Liberty Specialty Markets son una oportunidad. Por un lado, suponen la oportunidad de asistir a un evento y hacer contactos con miembros importantes de la comunidad artística. Por otro lado, nos permiten mostrar a nuestros clientes, las galerías y sus marchantes, nuestra pericia como aseguradora y nuestra capacidad de reacción en caso de que los asegurados no necesiten.

Al fin y al cabo, ¿no es ese el arte de ser una buena aseguradora?