Tras los apagones catastróficos a principios del 2025 en Portugal, España y Reino Unido, que siguen sin explicación y sin una solución a la vista para la crisis energética mundial, cada vez es más probable que suframos nuevas interrupciones en el suministro eléctrico. La atención mediática recae en el transporte, las infraestructuras y la industria. Pero sin una planificación adecuada, estos apagones también pueden tener un impacto negativo en los objetos valiosos y las obras de arte que se exponen o almacenan en museos y galerías de todo el mundo.
El mercado del arte y de objetos preciosos tampoco se libra. La posibilidad de cortes de luz que duren varias horas o incluso días plantea varios riesgos importantes, como el almacenamiento seguro de obras delicadas o vulnerables que estén expuestas o guardadas. Estamos trabajando con museos y galerías para ayudarles a detectar sus puntos débiles y asegurarnos de que cuentan con planes sólidos para reducir al mínimo el riesgo de daños en caso de apagón.
Los principales museos y centros de conservación de arte de toda Europa tienen una gran cantidad de obras y objetos en exposición en todo momento. Además, hay muchas piezas en tránsito, en préstamo o almacenadas en condiciones controladas por temperatura y humedad, ya sea dentro o fuera del museo. Y no hablamos solo de grandes colecciones internacionales: esto también afecta a galerías pequeñas, independientes y a coleccionistas privados.
Los sistemas sofisticados que usan estos edificios dependen muchísimo de la tecnología. Esto incluye desde los sistemas que controlan la humedad, la temperatura y la ventilación, hasta los que permiten acceder a los objetos en grandes cámaras de almacenamiento o activan las alarmas y sistemas de seguridad. Todos estos espacios tienen algo en común: necesitan un suministro eléctrico constante, y ahí es donde un apagón puede convertirse en un problema. Sería imposible mantener los niveles constantes de humedad y temperatura sin una fuente de energía de respaldo durante un corte de luz. Es un riesgo específico en los espacios de almacenamiento de arte, ya que si la temperatura sube, no se puede simplemente abrir una ventana: la mayoría de estos espacios están sellados y no tienen.
Ajustar bien los niveles
Los museos de todo el mundo siguen las recomendaciones de buenas prácticas para la conservación y el almacenamiento del Consejo Internacional de Museos. Estas recomendaciones definen los niveles óptimos de luz, humedad relativa y temperatura para proteger las piezas más valiosas.
Aunque estemos hablando de apagones de solo unas horas, el riesgo para el almacenamiento es mínimo; pero si el corte dura días, ya hablamos de daños moderados a graves, con riesgo real —aunque bajo— de pérdidas irreparables en algunos de los objetos más delicados y valiosos.
Identificar, asegurar, mitigar
Es fundamental mantener un inventario actualizado de los objetos de alto riesgo, sobre todo los más delicados que requieren una temperatura o nivel de humedad constante. También hace falta contar con conservadores que puedan actuar rápido si hay un apagón, y con planes impresos detallados que se puedan consultar en una emergencia. Tener los registros al día —incluidas fotos e informes de estado— ayuda a garantizar que siempre se tenga información precisa sobre el estado de las piezas, y que esta esté fácilmente accesible.
Hay objetos que sabemos que son muy frágiles y difíciles de mover desde el lugar donde están expuestos o almacenados. Se considera que estos objetos no son aptos para su transporte. Es lo que pasa, por ejemplo, con cuadros muy antiguos, donde las capas de pigmento se están despegando del lienzo y un traslado podría hacer que perdieran parte de la pintura.
Lo más importante en un apagón es contar con un generador de reserva o con una fuente de energía alternativa temporal, que se revise con frecuencia, que tenga combustible y también es igual de importante contar con una reserva de combustible. Si hay que usarlos, los sistemas de climatización y la seguridad deberían ser las máximas prioridades.
Hay muchos otros riesgos que hay que tener en cuenta a la hora de prepararse para un apagón, empezando por la dependencia de los sistemas de seguridad electrónicos: alarmas, cámaras, sensores de calor, protección láser... y también los sistemas de seguridad alternativos. Y en un nivel más básico: ¿cómo se va a comunicar con el equipo si un apagón afecta a las redes de telecomunicaciones y se cae la conexión Wi-Fi? También es importante contar con un plan de evacuación para poder sacar con seguridad a los visitantes del edificio y así proteger las instalaciones.
La clave está en la preparación
Si los museos y galerías todavía no han probado bien sus planes de emergencia ni están preparados para un apagón, ahora es el momento de empezar a planificar.
El objetivo final tiene que ser conservar nuestro patrimonio cultural para que lo puedan disfrutar las futuras generaciones. Lo dicen siempre: la preparación es la base del éxito. Y en caso de apagones, yo diría que estar preparados no es opcional, es esencial.